1: Creer que con ser buen anfitrión será posible tener un negocio rentable.
No entender que entrar al sector de hostelería o tener un restaurante no es lo mismo que invitar a los amigos el fin de semana a casa.
En un restaurante tendrás que estar invirtiendo gran parte de tu tiempo en formar a tu equipo, en supervisar que todos los platos salgan perfectamente desde la cocina, negociando con los proveedores, entre muchas otras tareas que conlleva gestionar un restaurante. Por lo tanto, aunque seas un encanto de persona, esto no indica que sabrás gestionar un negocio como un profesional. Plantéate si sabes:
- Calcular los costos de tu negocio
- Fijar precios a tus productos
- Crear un protocolo de atención al cliente y ventas
Si no sabes realizar ninguna de las anteriores, te recomiendo que antes de abrir tu restaurante te formes y aprendas a administrar una empresa.
2: Creer que vendiendo ya se gana dinero.
Para llevar un restaurante al éxito se necesita tener un completo control de los costos. Muchos dueños de restaurantes no controlan lo que gastan, sino lo que venden.
3: Pensar que el personal no tiene importancia.
Todo el negocio comienza a derrumbarse mucho antes de abrir cuando no se le presta atención a quién se va a contratar. Una vez que se contrata a este personal que seguramente se irá a la semana de abierto el restaurante comenzará la desesperación por no encontrar personas para trabajar y se entrará en una espiral infinita de estrés y frustración. Busca personas con una buena actitud y abiertas a aprender, págales lo que se merecen y trátales aún mejor que a tus clientes. Esta es la clave para tener un personal duradero.
4: Solo se hace marketing 3 veces al año.
El marketing no es una acción puntual que se hace algunas veces al año, es un proceso que comienza con la apertura del negocio y no tiene fin. Entonces mucho cuidado con pensar que el marketing es solo hacer una promoción puntual o crear un evento para fin de año.
5: Mis clientes no están en las redes sociales o yo no tengo tiempo para manejarlas.
El empresario es consciente que debe estar en Instagram o Facebook, pero cómo no sabe es más sencillo intentar mirar para otro lado. Pero como a ti esto no te va a pasar, porque sabes que el 100% de tus clientes te está buscando ahora mismo en Internet para ver tu carta, comentarios y página web para hacer una reserva, vas a planificar tu tiempo para estar conectado con tus clientes.